Ya ni me acuerdo qué le habíamos comprado ese día… lo que sí recuerdo es que cuando le abrimos el regalo, Lauti abrió los ojos como platos y se quedó jugando un largo rato… con la caja.Porque en definitiva ¿qué es un juguete? Según la Real Academia Española, un juguete es un “objeto atractivo con que se entretienen los niños” Y como tal, cualquier cosa podría en el mejor juguete del mundo. Porque ¡vamos! seamos honestos… Cuando elegimos un juguete para nuestros hijos, especialmente para los más pequeños, en el fondo lo elegimos para nosotros… En ese instante volvemos a ser el niño e imaginamos que esa felicidad es la que se impregnará en nuestro hijo. Cuando se lo entregamos, casi que no aguantamos a que lo abra… es más, lo “ayudamos” a romper el papel de tan ansiosos que estamos… y lo abrimos… lo sacamos… ¡Guau! ¡Mirá que bueno! ¡Escuchá el sonido que hace! ¡Tocá acá! (y tocamos nosotros el botón que pone en funcionamiento la máquina del tiempo que nos lleva a la anhelada niñez). A los pocos minutos, lo dejamos jugar a él solito… y juega… un rato… hasta que pasa el gato persiguiendo una mariposa y su atención se va disparada con ellos.

Y así, mes a mes, año a año, vamos llenando de objetos la casa hasta el punto que empezamos a comprar organizadores, baúles y cajas guardajuguetes… ¿no?

Cuando buscaba la definición de juguete, encontré esta otra en wikipedia: “Los juguetes para niños y niñas suelen diferir en temática, teniendo por lo general un reflejo en la vida adulta de su propia cultura. Así, por ejemplo, muchos juguetes para niñas representan tareas adultas típicamente femeninas, tales como la crianza (muñecas); mientras que muchos juguetes para niños incluyen típicamente elementos bélicos o de acción: armas, automóviles, caballos.”

Y acá ya se abren otros temas… el primero que me viene a la cabeza (y eso que soy docente) es esta idea de juguetes “didácticos”… para estimular el desarrollo, mejorar la motricidad, bla bla bla… Cuando en realidad, el juguete será un buen juguete, si sirve para jugar. Con eso basta ¿o no?

Y el segundo, tal vez el más preocupante según mi manera de ver las cosas, es el de la diferenciación de géneros… (demás está decir que en la definición ¡se nos vincula a los hombres con lo bélico y no con la crianza!) Estoy convencido que al mundo se lo puede cambiar de a un niño por vez, y que lo que hagamos en casa, es lo que en sus cabecitas se irá formando como modelo de sociedad… Es decir, que en un hogar donde papá y mamá trabajen, limpien, los acompañen al cole, cocinen y realicen tareas por igual, los hijos crecerán con el modelo de una sociedad donde el género no es el determinante de las cosas ¿no les parece lógico? Ok, ya sé que tal vez algunos dirán que ciertos roles a veces se dan porque no queda otra alternativa… que a veces papá trabaja afuera y mamá se queda en casa y realiza los quehaceres del hogar. Pero no perdamos el foco… sepamos que los niños más que escucharnos ¡nos ven! Papá trabaja fuera de casa, y mamá trabaja en casa… (*() y cuando papá está en casa también cocina, lava, limpia ordena… y nótese que no escribí “ayuda a” cocinar, a lavar, limpiar u ordenar; porque “ayudar a” implica de alguna manera que no es responsabilidad de uno hacerlo… sino que ayuda a quien debe hacer esa tarea, y eso tampoco está bueno. Así que, hijo mío, en esta casa trabajamos, cocinamos, lavamos, limpiamos y ordenamos.

Dirán que es fácil decirlo, pero que ponerlo en práctica no es tan sencillo… y así es… muchas veces es complicado, complejo, difícil… pero bueno, son nuestros hijos, merecen nuestro esfuerzo, y en definitiva, y para eso estamos ¿no?